Este feliz eventualidad podría hacer, por tanto, de Villanueva el trazador de la que es considerada por muchos, y en palabras de García Peña “la construcción palacial que conserva, en su sobriedad, mayor empaque monumental del conjunto de las casas nobiliarias de Aranjuez”.
Sobriedad y monumentalidad, rasgos precisamente de la obra vilanovina que respaldarían la atribución y que incluso en esta composición doméstica superan en belleza a la escurialense, si bien hay que considerar que esta última hoy se halla profundamente trasformada y que es difícil recocer la mano del Arquitecto, sino es en la portada y de algún modo en su fachada.
Aquí como allí el eje central y de simetría concentra la tensión del frente principal o hacia la calle del Capitán, sucediéndose en él la portada, con pilastras y ménsulas que soportan y sirven de transición al balcón, de poco vuelo y barandilla de forja. A él se accede por un hueco recercado por guarniciones molduras y guardapolvos, coronando el eje un vano cuadrado con marco de cantería lisa. Todos los demás huecos de esta fachada mantienen esta escuadría lisa, incluso la portada, siendo abalconados los superiores y con rejas los inferiores. Frente al revoco de los paramentos destacan estas piezas de piedra blanca de Colmenar, como en el zócalo y la línea de imposta que separa los niveles bajo y primero, siendo el alero de canecillos de madera organizados según un ritmo melódico a-b-a-c-a-b-a y en coincidencia vertical con los huecos.
El parentesco entre las dos casas de jornadas es evidente y su composición se inscribe en las tesis neoclásicas de Villanueva. No obstante, no son estas características exteriores las únicas que permiten una adscripción a su obra.
Primeramente hay que señalar que se trata de un volumen en manzana única, de planta exactamente rectangular y dividido en dos sectores: el principal o residencial hacia la calle del Capitán y el auxiliar hacia la del Rey. Éstos se organizan en torno a un eje de simetría Oeste-Este, en el que se suceden la portada, el zaguán, el patio principal, el de servicios. El jardín y el acceso posterior. El sector principal consta de tres pisos: bajo, primero y segundo, más buhardillas, mientras que el auxiliar lo forman dos pabellones en los ángulos de planta rectangular, muy cúbicos, enmarcando la entrada, y una galería en “T” a cada lado, que sirve de enlace entre ambos. Limita con la vía pública y rodea el jardín, separándolo de la calle del Rey.