calada que coronaba la cumbrera y que todavía puede apreciarse en las fotos de siglo XX. Hay que destacar el curioso dibujo de las ventanas balconeras, cerradas por contraventana de lamas, que presentan guardapolvos rectos bajo arcos de descarga de ladrillo, unidos por bandas de piedra caliza a modo de alfices.
Por último se debe citar la magnífica cerca de ladrillo, caliza y cerrajería en la que destacan los grandes pilares que enmarcan las puertas, así como el gariton octógono con cubierta escalonada de piedra de la esquina frente a Palacio, que parece sacado directamente de un modelo militar medieval.
Este palacio se comenzó a construir a mediados del siglo XIX en el solar que ocupaba “un jardinito que el Señor infante D. Luis de Borbón hizo en 1770” –en palabras de Álvarez de Quindós-, siguiendo un proyecto de Jaime Marquet que fue aprobado en febrero de ese año y cuyo costo tuvo que ser adelantado de los fondos destinados al Real Sitio, por carecer en ese momento el infante del dinero necesario. A pesar de este contratiempo, la obra debió iniciarse casi inmediatamente, pues nos consta que en el mes de abril ya estaba en ejecución; figurando como “Casa de campo del Infante Don Luis” en el plano de Domingo de Aguirre de 1775, donde se representa como un cuerpo rectangular con un patio central cuyas crujías laterales se prolongan hacia delante para formar un pequeño antepatio en “U”, y que rodea de corrales por tres de sus lados hasta ocupar una parcela aproximadamente cuadrada bordeada de rosales y árboles frutales, con una superficie de 21.977 pies cuadrados –equivalente a 6142 m2-; correspondiendo en todo con el proyecto de Marquet, que preveía una casa de un solo piso, con un pórtico enmarcado entre dos alcobas, recibimiento, sala, retrete, cocina, cuadra, y casa con tres habitaciones para el cuidador, que se encargaba de atender quince divisiones para pavos y gallinas, y un palomar con 600 pares de palomas que coronaba la cubierta a modo de torre. Trece años más tarde, en 1788, Carlos IV adquirió la casa a la viuda del Infante Dª María Teresa Vallabriga con el fin