nueva fábrica y de una sierra mecánica, el propietario debía abonar un canon anual al Real Patrimonio, que mantendría el dominio final sobre el terreno y la potestad sobre las obras de mantenimiento y/o reparaciones necesarias de la antigua presa construida a los pies de Palacio (Real Orden de 28 de Diciembre de 1828).
Posteriormente, entre 1844 y 1857, el Conde de VegaMar fue adquiriendo la totalidad de las acciones de la fábrica y la propiedad absoluta de la finca, pleiteando, en ocasiones, con el Real Patrimonio para poder incrementar el caudal de agua a extraer del río Tajo para el funcionamiento de la instalación. En 1880, la fábrica de harina contaba con 22 piedras, de las cuales al menos 15 molían directamente, mientras otras 3 se dedicaban a mantenimiento o sustituciones de alguna de las anteriores, al tiempo que las cuatro restantes se empleaban para moler a maquila (se cobraban tres reales por molienda de cada fanega).
En esa época, la explotación fue arrendada a Baltasar Mata por un período de cuatro años. La cosecha de trigo local no era suficiente para abastecer las necesidades de la molienda que se calculaban entorno a las 160-180 fanegas anuales por la que la fábrica se nutría cada vez más de las cosechas provenientes de las provincias de Madrid, Toledo y Cuenca.
A finales del siglo XIX, esta fábrica de harinas, conocida ya en ese momento como “Fábrica de Harinas del Puente Colgante”, debido al puente colgante, construido en 1833, que sustituyó al anterior “Puente de Barcas”, era considerada como una de las fábricas más importantes en el ámbito nacional por la calidad de sus harinas.
En 1880, la fábrica aparece arrendada a Carmelo Sánchez quien cuatro años más tarde figura como propietario de la misma. En manos de este industrial local y de sus herederos, la instalación fue mejorando y modernizando, especialmente a partir de la implantación del revolucionario sistema austro-húngaro de fabricación con molinos cilíndricos de molturación y ampliando el negocio con la instalación de una fábrica de electricidad.