Este plano nos permite hacernos una idea de la distribución general del edificio, que presentaba una planta muy alargada formada por una única crujía –dividida mediante muros transversales en una sucesión de habitaciones indiferenciadas- a la que se adosan dos alas laterales ochavadas que flanquean la puerta de entrada. Este documento se complementa además con las fotos de la época antes citadas, que reproducen un alzado dividido en semisótano y tres plantas –con balcones rematados por guardapolvos rectos en el bajo y por frontones triangulares en el primer, y ventanas recercadas en el segundo-, coronado por una cornisa corrida sobre la que se eleva la apuntada cubierta de pizarra punteada de buhardillas; pudiendo admirarse a los lados las polémicas torrecillas con pequeñas ventanas en arco que alojarían los inodoros, una mejora técnica muy novedosa en el momento, que quizás se añadió una vez iniciadas las obras.
Tras la muerte de la Reina Maria Cristina de Borbón el 22 de agosto de 1878, el palacio del Deleite -incluidas las tierras circundantes- se taso en 457.346 ptas.; a las que hay que sumar otras 151.992´75 ptas. Que valía su mobiliario, pues según Viñas sus habitaciones eran “suntuosas” y están “regiamente decoradas”. El mismo autor nos informa de que en 1890 el edificio todavía pertenecía a la testamentaria de la reina, pues según Merlos Romero hasta 1924 no pasó a manos de la Compañía de Jesús, que emprendió una importante obra de reforma y ampliación para alojar un nuevo noviciado. Para este fin se prolongaron las alas laterales ochavadas hasta enlazar con un nuevo cuerpo delantero paralelo al anterior; construyéndose en el eje una gran nave destinada a refectorio y capilla que dividía en dos el patio así creado. Curiosamente, la fachada repetía el esquema preexistente al prolongarse los cuerpos transversales hasta sobresalir de la misma, aunque se modificaron las proporciones por su mayor longitud y por la presencia de un cuerpo central resaltado que señalaba la entrada. Por contraste, los alzados se diseñaron en el estilo vagamente neogótico característico de los edificios religiosos de la Restauración, sin tener en cuenta su relación con el edificio preexistente más allá del material predominante en ambas: el ladrillo visto. Los jesuitas plantaron además el frondoso pinar que actualmente cubre los montes “del Parnaso y mirador de Cristina” –en expresión de Elías Tormo-, que según Martínez-Atienza es “único en el sur de la región madrileña”. Además, a titulo de anécdota hay que señalar que en la enfermería de este noviciado murió en 1929 José Maria Rubio, el famoso Padre RUBIO ensalzado por el Patriarca madrileño Eijo Garay como el “apóstol de Madrid” y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003.
Tras la Guerra Civil, que no causó mayores daños en el edificio, los jesuitas instalaron aquí “las escuelas de Loyola”, que atendían “a la iniciación profesional”, según informa el llamado Diccionario del Movimiento de 1957; aunque al perder este uso, la Compañía de Jesús encargo en 1979 el arquitecto Luis Fernando Villa y Elizaga la realización de un plan parcial de ordenación de la finca, que desemboco en la segregación de buena parte de la propiedad.
Posteriormente, hacia 1995, el edificio fue rehabilitado como residencia de ancianos y centro de día bajo el nombre de El Real Deleite de Aranjuez S.A., con un total de 134 apartamentos individuales y dobles dotados de salón, dormitorio y baño, además de todos los servicios hosteleros y sanitarios característicos de estas instalaciones: comedor, cafetería, sala de juegos y televisión, capilla-salón de actos, lavandería y plancha, peluquería, medicina general y enfermería con sala de rehabilitación y fisioterapia, podología y análisis clínicos que se distribuyen en una superficie de 12.000m2 edificados, a los que hay que sumar otros 48.000m2 de zonas verdes.
Por último, el año 2000 se emprendió la remodelación del antiguo Paseo del Deleite, reconvertido hoy en vía urbana, con un presupuesto de 267.ooo.ooo pts. Financiado en un 66% por la Comunidad de Madrid dentro del programa PRISMA y en un 34% por el Ayuntamiento arancetano. Las obras, adjudicadas en abril de ese año, se inauguraron el 28 de noviembre tras el desdoblamiento de la calzada, con la construcción de tres glorietas y un carril-bici y el arreglo de los paseos.