La existencia de tres muro en la presa de Ontígola, en lugar de los dos que
daban cuenta los escritos anteriores, fue inmediatamente comprobada por J. A.
García-Diego, quien refiriéndose a la existencia de un tercer muro intermedio,
manifiesta en los Comentarios antes citados: "Yo he podido ver este muro a nivel
de coronación tanto en la visita de enero de 1986 ... como en otra anterior, también juntos en febrero de 1978 (7). Pero creo que hay otra prueba en el bonito grabado de la figura 7". Se refería a nuestra figura 10, que reproduce una litografía (8) de la presa de Ontígola, en la que puede verse tal como era antes de 1832, cuando todavía la tierra y la vegetación no ocultaban varios contrafuertes y parte de sus andenes, como había de suceder más tarde, y tanto el paramento de aguas abajo como el escalón pétreo que constituye el remate del muro interior y separa el andén uperior del inferior, podían verse con claridad.
También García Tapia y Rivera Blanco, los investigadores que con su estudio promovieron los subsecuentes sobre la problemática obra, atestiguan en su respuesta final a dichos Comentarios que se "comprueba sobre el terreno la existenciade un tercer muro que a todos nos había pasado desapercibido, sin duda debido al estado de ruina y a la abundancia de vegetación que cubre los despojos de la presa que hace irreconocible su verdadera estructura. Hemos hecho después una visita al lugar y hemos podido comprobar, en efecto, la existencia de tres muros y dos andenes a distinto nivel, lo cual es más lógico que el terraplén en pendiente que habíamos supuesto". Y más adelante agrega: "La explicación para este tercer muro es la más lógica y responde a otra interpretación de los documentos en la que "hacer de nuevo el muro" significaría hacer otro contiguo sin derribar el existente, circunstancia que, en efecto, no consta en la documentación que hemos examinado".
En el mismo año 1986, el profesor José Antonio Fernández Ordóñez pudo
comprobar en su visita a la presa de Ontígola que constaba de tres muros y dos
andenes. También pudo ver que su aliviadero estaba obstruido y el agua vertía
por el lugar marcado en la figura 9 produciendo el deterioro de los muros intermedio y de aguas abajo, en los que ya aparecían pequeñas hendiduras. Los servicios de la Confederación Hidrográfica del Tajo llevaron a cabo un arreglo del aliviadero de carácter provisional y un terraplenado, también de emergencia, del
andén superior de la presa en el trecho en que su asentamiento producía un ligero
baden por el que había estado vertiendo el agua.
Distintas formas y estructuras asignadas a la presa de Ontígola.
La aparición en la Revista de Obras Públicas de la forma, estructura y dimensiones de la presa de Ontígola observadas en la realidad no fue bastante para disipar antiguos errores acerca de la configuración de esta obra. Parece ser necesario un mayor esfuerzo de divulgación para establecer un hecho rectificando lo que muchos autores célebres han proclamado acerca de un monumento histórico,
aunque las versiones dadas por esos autores difieran totalmente unas de otras.