"Entonces, ¿cómo explicar la existencia del muro que hoy queda del lado del
agua? El "Catálogo de Noventa Presas y Azudes Españoles anteriores a 1990" del que es autor José Antonio Fernández Ordóñez, dirigiendo a los alumnos de su cátedra, cita cuatro ampliaciones o reconstrucciones de Ontígola, en 1625, 1735,1790 Y 1841. Hay que descartar que el tercer muro y el andén de gran amplitud se construyeran en la última fecha porque existe un grabado que representa esos elementos en el que aparecen personas con trajes de antes de 1841. Tampoco hay indicios de que en 1625, en 1735 o en 1790 se acometiera una obra tan grande y dispendiosa. Es más verosímil que esas obras se construyeran bajo los auspicios de Felipe I1, inmediatamente después de la rotura del muro que entonces era de aguas arriba y que tales obras estén representadas en esos planos que faltan".
"Los autores del artículo asientan en su página 483 que el constructor Francisco Sánchez "propone hacer de nuevo el muro esta vez con contrafuertes, como lo había previsto en su principio y se compromete a tenerlo acabado en seis meses" y que "no se empezó en ese momento porque les sorprendería el invierno no fraguando la caL". En la página siguiente aparecen las siguientes noticias acerca de la construcción del nuevo muro: "En un documento fechado el 29 de agosto se indica que las obras se reanudaban bajo la dirección de Jerónimo Gili realizadas por Francisco Sánchez ..."; "Gili se queja en una carta del 25 de septiembre de que la obra "va fría", ... pidiendo a Felipe II que apoye su autoridad ... sólo se había hecho la mitad de los cimientos" y "el 6 de diciembre de 1569 cuando ya se habían terminado los cimientos y empezaban a alzarse las hileras de sillares, se detienen las obras por miedo al hielo" ...; "a mediados de noviembre de 1570, Francisco Sánchez termina al fin la colocación de las hileras de sillares a buen tiempo antes de que vinieran los hielos".
"Todo esto hace suponer que para la reposición de la obra, sus cimientos, acabados el 6 de diciembre de 1569, y el propio muro no se construyeron de nuevo, exactamente en el mismo emplazamiento del antiguo; porque en tal caso hubiera sido muy difícil despejar y remover del eje del muro los bloques de cimientos y grandes lienzos de pared, así como limpiar y preparar debidamente su asiento, ya que en aquella época se carecía de medios para remover fácilmente tan pesadas cargas. Era mucho más sencillo y garantizaba mejor la estanqueidad, desplazar el nuevo muro lo suficiente para que los fragmentos del anterior no entorpecieran la nueva construcción del muro derruido sobre los restos del antiguo, ya que el muro intermedio obtenido con esta reconstrucción, al estar sometido a empujes de tierra casi iguales, no soportaba presiones importantes ni exigía precauciones contra el paso del agua".