En este último propósito conté con la ayuda de mi amigo Eustasio Rico, vecino y futuro alcalde de Ontígola, con el que hice dos visitas a la presa en el año 1978; la última, en compañía del ingeniero e historiador José Antonio García-Diego. A base de las observaciones en ambas visitas, elaboré unos esquemas de la planta y la sección transversal de la obra, las que más tarde me sirvieron para recordar fielmente su estructura. Podía verse en estos esquemas que la presa constaba de tres muros en apariencia paralelos, el de aguas abajo con tres contrafuertes visibles; los demás ocultos por la tierra y la vegetación. También se veía que la obra estaba coronada por dos andenes a diferente nivel, de donde se colegía que los espacios entre muros estaban rellenos de tierra.
Informaciones históricas de la obra
La singular disposición de esta presa me sorprendió en tal forma que pensé
describirla inmediatamente en alguna publicación. Si no lo hice entonces fue porque carecía de las informaciones históricas indispensables para el estudio de la
obra y me consideraba incapaz de encontrarlas por mí mismo en los archivos, tanto
por falta de tiempo como por no estar acostumbrado a esa tarea. Tenía que buscar
lo que deseaba en libros o artículos impresos pero no encontré ninguno que se ocupara de los aspectos hidráulicos y constructivos de la obra de Ontígola.
Años después, las deseadas informaciones empezaron a llegar a mis manos sin que yo hiciera ,nada especial para obtenerlas.
El estudio sobre la presa de Ontígola que aparece en el "Catálogo de Noventa
Presas y Azudes Españoles anteriores a 1900", me fue enviada para revisión por su autor, José Antonio Fernández Ordóñez, en el año 1984. Es de lamentar que mis observaciones le llegaran cuando el libro estaba ya en prensa. A eso se debe que los dibujos de la planta y el corte de la presa no reproduzcan los tres muros de que consta, lo que el autor pudo comprobar conmigo sobre el terreno. El artículo contiene, por otra parte, noticias históricas, tales como las ampliaciones o reconstrucciones efectuadas en 1625, 1735, 1790 y 1841, que son de gran interés para el estudio y posible rehabilitación de la presa.
En el año 1985, los historiadores Javier Ribera Blanco y Nicolás García Tapia
publicaron dos estudios sobre la presa de Ontígola, basados principalmente en las investigaciones realizadas en el archivo de Simancas, que son fundamentales para conocer los antecedentes y el proceso de construcción de dicha obra. En el titulado "Juan Bautista de Toledo, Jerónimo Gil y Juan de Herrera, autores de Mar de Ontígola", las informaciones y consideraciones históricas destacan sobre las técnicas. En el otro artículo "La Presa de Ontígola y Felipe II", el nombre del ingeniero e historiador Nicolás García Tapia precede a Javier Rivera Blanco. De esto y de su publicación en la Revista de Obras Públicas se deduce su carácter