Mar de Ontígola
Según describe Don Cándido López y Malta, en su libro
(Texto y ortografía, original del autor)
Don Cándido dice así:
PARTE CUARTA
SIGUE EL ARANJUEZ MODERNO
En el CAPITULOS V
Cuarteles de Valdelascasas y del Montecillo
Pgs. 402-406
El lago que por su magnitud se le dio el nombre de MAR DE ONTÍGOLA, el que cuenta con el imperecedero recuerdo de haber dirigido la obra del murallón el insigne arquitecto del Escorial. Hemos dicha al hablar de Ontígola que el nombre de este pueblo reconoce su origen en los muchos manantiales que se encuentran en su prado, los que se utilizan para el riego de Aranjuez. Debemos pues añadir, que estas aguas, que diseminadas venían a recogerse con las pluviales en una balsa, llamada Fondón, que de muy antiguo existía donde hoy se encuentra el mar, las mando encauzar, disponiendo la apertura de un ancho caz por medio del prado de aquel pueblo, para conducirlas mas directas y abundantes a la balsa, el notable alcalde de Aranjuez en tiempo de los Maestres, el memorable D. Gonzalo Chacón. Hizolo con la acertada idea de regar el prado de Aranjuez, al que con este motivo se le dio el nombre de Regajal, logrando tuviesen un ascenso considerable sus productos.
En tal estado le encontró Felipe II, quien ordenó a su arquitecto mayor Juan Bautista de Toledo dispusiese la limpia de la laguna y construcción de un dique para contener mayor cantidad de agua. Ejecutose con prontitud; pero e dique que entonces era débil malecón de tierra fue pronto destruido, y con este motivo se empezó a levantar el actual, en 7 de diciembre de 1568, por trazado y dirección de Juan de Herrera.
Antes se había pensado aumentar el caudal del lago, y para ello comisionó Felipe II a un hidráulico famoso llamado Baltasar San Juan, por apodo zahorí señalándole quince mil maravedíes anuales y setenta fanegas de trigo por Real cédula de 28 de junio de 1565. Este inteligente hizo aclarar los antiguos nacimientos y descubrió uno nuevo en una peña que fue preciso quebrantar para dar salida al agua, constituyendo estos manantiales el caudal ó dotación mas fija del mar; siendo además tributarios con las aguas pluviales, los cerros de uno y otro lado del valle mayor de Ocaña que en él vienes a buscar su nivel.
Refiriéndonos nuevamente a la obra de Herrera, recomendamos a los inteligentes el examen de esta muralla por su extremada solidez: atraviesa el valle y descansa en la falda de las dos colinas, presentando un frente de cuatrocientas varas de longitud y diez de espesor, capaz para transitar sobre ella los carruajes. El plano del mar forma un polígono irregular que encierra en su perímetro 112.880 varas superficiales. El coste esta obra fue de tres cuentos, nuevecientos treinta y siete mil nuevecientos ochenta y cuatro maravedíes.