Algo se adelanto pero no se consiguió el objeto: los reparos siguieron siendo continuos, aunque mas alternados hasta el año 1739 en que una creciente arruino por completo , hasta el estremo de tener que remplazarle con uno de barcas, puente que también fue sustituido con otro igual por haber sido arrastrado en 1747. De este modo se siguió hasta que por orden de 12 de Septiembre de 1757 se mando construir algo mas arriba un puente de fabrica de piedra de la mayor solidez, en el que se empezó a trabajar pausadamente hasta tomar las riendas del gobierno Cárlos III, quien se propuso con este puente hacer una obra digna de reinado.
Confió su dirección al arquitecto encargado de la Carretera de Andalucía, que como una de las primeras que se abrieron estaba entonces en construcción. Se termino esta colosal obra en 1761. Es toda de piedra y buena forma en una longitud de mil setecientos pie por veintinueve de ancho y cuarenta y dos de alto: se le cuentan veinticinco arcos iguales de treinta pies de luz, sobre machones que tienen doce pies de espesor: le adornan anchos andenes de un pié y medio de alto, también enlosados y dos espaciosas glorietas a sus entradas, de una construcción particular, puesto que una de ellas la mas capaz, tiene la figura de un canastillo, en estas y al final de cada perfil se ven dos leones sobre elevados basamentos, con unos tarjetones en las garras, en que dice a la entrada por Aranjuez:
REGE CAROLO III FEI.. P.P. ===
MARCUS DE BIERNA PONTEM
FECIT MDCCLXI.
En los de la parte de Madrid se lee:
EN EL FELIZ REYNADO DE CAR-
LOS III HIZO ESTE PUENTE
MARCOS DE BIERNA, AÑO DE
1761
El coste de este puente fue de 20.143.961 reales. Toda alabanza de esta obra seria pálida si se tiene en cuenta los escollos que se presentaron hasta verla terminada. Mucho se trabajó para afianzar los cimientos por la soltura del terreno y lo sutil de las aguas, tanto, que un reparto de cadenas de madera machihembrado con cajones llenos de piedra, que en una larga línea se hizo para sujetar la corriente, le arranco sin quedar señales en una noche el año 1758. Para precaver este inesperado percance, se hizo al puente un zampeado muy dilatado a la parte de arriba, para que en lo posible vengan las aguas a la fábrica con docilidad.