Los aspectos morfológicos y descriptivos esenciales que caracterizan este azud de derivación de gravedad, de trazado oblicuo, que permite el riego de 5795Ha., son su sección triangular con paramento vertical aguas arriba y aguas abajo en talud sobre el que vierten las mismas, una planta sensiblemente cóncava en dirección aguas arriba y en disposición transversal al cauce del Tajo, una altura media de 4.10m. y una longitud y una anchura de 154 y 24.60 metros respectivamente según la descripción que de ella se hace en 1933 en el documento de traspaso al Ministerio de Obras Públicas desde el Patrimonio del Estado. El sistema de cimentación, muy usual en estas comarcas por la frágil consistencia arenosa del subsuelo, es el pilotaje con emparrillado superior, sobre la base de pilotes de madera separados por un relleno de escollera ripiada con grava y piedra menuda según el impurismo constructivo del siglo XVI. La masa de la presa, conformada por un encofrado de madera relleno de piedra primero y protegida después por una losa de hormigón, es asimismo de escollera, armada con un entramado reticular de largueros. Carece de desagüe de fondo y el aliviadero es del tipo vertedero sobre la presa. En el centro disponía de un canalizo “para el servicio de paso de madera”.
Nicolás García Tapia estima que la presa original sería de madera y que tanto los Vega como los Juan Bautista de Toledo, intervendrían en las sucesivas re paraciones efectuadas a lo largo del siglo XVI.
De todas las obras emprendidas para su reparación (entre ellas la documentada a comienzos de 1563, que abarco el conjunto de las presas del Heredamiento; o la reconstrucción efectuada en 1700 después de los daños sufridos a fines del siglo XVI por causas desconocidas –aunque habrían de suponerse fuertes avenidas, del río, acaecidas en Aranjuez con irrenunciable periodicidad- y la intervención de los ingenieros Charles de Witte y Leonardo de Vargas durante el reinado de Fernando VI), deberían destacarse las importantes tareas acometidas en 1885 para hacer frente a los desperfectos originados por un intenso desbordamiento que llegó a provocar el desvío del cauce y otra serie de graves incidencias en la presa y los canales. El azud fue entonces recubierto por la referida losa de hormigón que en la actualidad se muestra muy fisurada.
Este conjunto emblemático y testimonial perteneció al Real Patrimonio de la Corona hasta 1868, en que, con la desamortización por el Estrado a favor de los particulares, se procedió, en aras de la armónica y eficaz red de riegos que subsiste en nuestros días, a una subdivisión parcelaria. Sería propiedad del Patrimonio Nacional hasta el 14 de julio de 1933, año en que, por una Orden Ministerial de 29 de abril, se adjudica su administración (explotación y conservación) al MOP (Ministerio de Obras Publicas, hoy ministerio de Fomento) por parte del Ministerio de Hacienda, si bien quedó excluida la central del Embocador, que seguiría englobada en el entonces Patrimonio de la Republica. La situación de los canales y las presas, y de sus accesorios, en las que se incluían casillas de guardas y algunos terrenos, se calificaba en el correspondiente informe de recepción por el MOP como “lamentable”, pidiéndose la adopción de “medidas que permitan la explotación de los mismos”. Con respecto a la presa en concreto, se decía que era deficiente y requería obras de consolidación que impidieran su derrumbe en caso de una avenida del Tajo.
Es de reseñar la reparación proyectada en 1941 por la Compañía Canales de Aranjuez, que la administraba entonces, con motivo asimismo de una crecida particularmente salvaje, que obligo a la ejecución de una serie de diques en distintos tramos del Tajo y del Jarama, a cargo todos de ellos del ingeniero Longino Luengo. El autor de la reparación de la presa sería, no obstante, Luis Felipe Franco Alfonso, y la intervención se consideraba crucial para la supervivencia del canal de las Aves. Por tanto, todas las socavaciones que habían tenido lugar en el cuerpo de la presa se rellenaron de hormigón hidráulico, enluciéndose después; más adelante, se arreglo su pie mediante excavación e hinca de pilotes. El 21 de septiembre de 1988 la presa se transfirió finalmente al Patrimonio del Estado y en la actualidad esta adscrita a la Confederación Hidráulica del Tajo.