en la forma que la recogen los primeros testimonios al respecto, de comienzos del siglo XIX, en concreto, en 1803, conociéndose que estuvo en funciones a lo largo de toda esa centuria, hasta el punto de que las descripciones de la Casa de la Montaña, cuando sale a subasta con la desamortización en 1873, afirman que en el centro de la planta baja de la finca había una vivienda destinada al guarda de la rueda hidráulica e integrada por el portal, la cocina, la sala, un dormitorio y un corral. No obstante, si debía de existir a finales del siglo XVIII, siendo reconstruida en 1845.
Por otro lado en 1847, Madoz se refería a una obra de 1834 que había de dar riego a la huerta de Secano o Valenciana con estas palabras “… en dirección al O. se encuentra otro edificio de ladrillo…. Consiste en una sólida muralla sobre arcos, y sobre estos un canal conductor de agua que había de elevarse a 50 pies por medio de una rueda de igual altura: hecha esta obra se rompió el eje a los dos meses, y después se destruyó la rueda, permaneciendo la muralla y quedando sin riego una de las mejores posesiones del Sitio”. Como más adelante, al describir el trayecto del caz del Embocador, afirma que este “se dirige por el cortijo de San Isidro, praderas de las yeguadas y de las vacas, a la azua que se construyó para regar la huerta Valenciana”, habría que colegir que está refiriendo en realidad a la Montaña. Pero en 1851, Francisco Nard precisa más al diferenciar ambas y describir así la del Embocador: “Otro caz… por bajo de los altos de Miraelrey, hace mover una azuda que vierte en su canal sobre arcos de fábrica para regar los semilleros, y la calle Larga”. El Álbum-guía de 1902 ya da al canal el nombre de Azuda, que tomaría de la rueda de 12 metros de diámetro que entonces se hallaba en activo. La ingeniosa maquinaria hidráulica que recogía el agua del caz para elevarlo hasta la cacera de riego que a su vez debía permitir la alimentación hidráulica del arbolado (álamos negros de Tembleque) que flanqueaba la calle Nueva, procedente del aludido Puente Largo del Jarama y que estaba reservada a los reyes y su corte, era conocida como “La Samaritana”.
Al igual que la presa del Embocador, el canal de las Aves o la acequia de Colmenar o del Tajo, el canal de la Azuda perteneció al Patrimonio Nacional hasta 1933, cuando se trasvasaron al Ministerio de Obras Públicas; a partir de los años cuarenta eran administrados por “Canales de Aranjuez” y en la actualidad están adscritos a la Confederación Hidrográfica del Tajo.