Canal de las Aves.
Antiguo Canal de Sotomayor
Y Canal Nuevo
En sus Págs. 631, 632, 633, 634, 635, 636, 637, 638.
Carlos I mandó construir en 1535 este canal destinado al riego de los jardines y arbolado de Aranjuez, sistema que a lo largo de los siglos experimentará sucesivas reparaciones y modificaciones, prolongándose, ya en la segunda mitad del siglo XX, a lo largo de varios kilométricos y en varias fases desde el lugar de la madre vieja de Castillejo, donde finalizaba, de modo que, como exponen los alumnos de la ETISICCP, Cordón Perogil, García Carretero y González-Bueno, lo que hasta entonces era “una obra peculiar y característica” del Real Sitio pasó a ser “una auténtica obra de cuenca, que abarca una gran cantidad de kilómetros [40.22] y hectáreas de regadío [3459]. Además se llegaba a zonas donde la producción agrícola había sido históricamente más deficitaria que la zona primigenia del canal, famosa desde antiguo por sus arbolados”.
El canal fue conocido en su origen como acequia de Sotomayor, forma en la que todavía se denominaba en 1769, cuando el conde de Floridablanca ordena la plantación en sus orillas de diversas especies arbóreas y arbustivas. Ello obedece a que su arranque o abastecimiento en la presa de el Embocador (azud de derivación en un pequeño embalse), en concreto, en la margen izquierda del Tajo y mediante una doble compuerta de guillotina de acción manual dispuesta en el estribo correspondiente entre dos machones y una pila de sillería, se ubica en plena dehesa de Sotomayor, casi en el límite de Aranjuez con el término municipal de Colmenar de Oreja, muy cerca de la finca de igual nombre en la que, también muy próxima, se alzó desde 1765 la Casa de la Monta. Para el sostenimiento de los cultivos de regadío introducidos en la finca bajo la regencia de María Cristina e incentivados con la monarquía de Alfonso XIII, se construyó, inmediato a la toma del caz, una pequeña central eléctrica, ya fuera de uso, conocida como Central de Sotomayor o Molino del Embocador.
Más antigua fue la sierra que levanto en 1588 en el lugar del núcleo urbano donde se alzarían dos siglos después las casas de Godoy o del Llano y del duque de Osuna, al bode de las calles del príncipe y de la Reina, y que, movida por el agua, “ahorraba brazos y jornales”. Incendiada en 1675 y en 1750, se derriba en 1761. Hoy día, el desaguador de la Sierra, que vierte en el Tajo cerca del antiguo puente colgante, presta testimonio de su existencia. Allí se alza también, desde 1946, la caseta de abastecimiento de los canales de Aranjuez o pequeño pabellón de control y vigilancia del canal de las Aves. Al lado se hallaba la edificación de la Armería, que en 1721 fue destinada a la función destiladora de las aguas.
Un tanto obsoleto y de límites descuidados, el pabellón se nos muestra como un pequeño y clásico edificio cúbico cubierto a cuatro aguas y terminado en pizarra, culminando su forma apiramidada en afilada coronación a modo de mínimo chapitel. Amplios huecos en sus frentes con importante puerta de acceso, solución de cerramientos en celosía, saliente y marcados aleros y rojos revocos definen la envolvente regular de un espacio interior diáfano y unitario, soporte de residuos de maquinaria industrial para el control del canal. Se resuelve así airosamente la contradicción de ser a la vez mínima central industrial y pabellón de nostálgica, pero racional imagen, tales residuos arquitectónicos que, por su iconografía y sus evocaciones historiográficas, se integra en el contexto estilístico del disperso conjunto palaciego y sus jardines, aunque su entorno inmediato se colme de fragmentarios elementos maquinistas e industriales pertenecientes a la infraestructura del canal.