PLAZA DE TOROS
Según describe Don Cándido López y Malta, en su libro
(Texto y ortografía, original del autor)
Don Cándido dice así:
- PARTE TERCERA -
ARANJUEZ MODERNO
CAPITULO X
Teatro y Plaza de toros
Págs. 264-265
La primitiva PLAZA DE TOROS, aunque poco, es más antigua que el teatro. Siempre mostró pocas simpatías por esta clase de diversión el ilustrado Cárlos III; pero esto no fué obstáculo para que concediese permiso y terreno á D. Bernardo Iznar, valenciano, que se propuso construir a su costa, en compañía de otros aficionados una plaza de toros al Mediodía de la población.
Con fecha 25 de Junio de 1760 fue hecha la concesión; bien manifestaron aquellos admiradores del arte de Pepe-Hillo su deseo, pues que se inauguró como estraordinaria novedad, con inmenso concurso de espectadores el 25 de Abril de 1761 el 25 de Abril de 1761.
Continuó concurrida bastantes años que estos empresarios la disfrutaron, pagando por ella un pequeño cánon anual á las Reales arcas. No debe estrañarnos la concurrencia que, según el Sr. Quindós, se agolpaba á este primer circo tauiromáquico; era muy natural tan extraordinaria afición por la carencia que había en estos alrededores de edificios para la lidia.
La indiferencia de Cárlos III por este sangriento espectáculo aumentó gradualmente, hasta llegar á serle antipático, y creyendo á los empresarios incautados del desembolso que habían hecho, mandó suspender las funciones. Con motivo de esta disposición, faltando a la plaza los acostumbrados reparos anuales y no debiendo ser una gran obra, fue destruyéndose insensiblemente hasta ser necesaria su demolición.
Siendo gobernador D. José de Rojas en 1796, propuso á Cárlos IV que á la sazon reinaba, se construyese otra plaza de toros costeada con los fondos del Sitio para recreo de los cortesanos. Un año fue suficiente para darla por terminada, pues la primera función tuvo lugar el 14 de Mayo de 1797 con asistencia de Cárlos IV, Maria Luisa y un lucido número de espectadores procedentes de Madrid y aun de pueblos lejanos.
Construyose poco más arriba del sitio que ocupaba la plaza antigua, dando frente la puerta principal á la calle del Almibar, en su fabricación de ladrillo y bóveda componiéndose su fachada de cuarenta y ocho ochavas de á diez y ocho pies cada una, á las que adornan doce puertas para entrada del público, la de los Reyes, tres mayores para el servicio de la plaza, con ciento seis ventanas en la galeria de sus tres pisos.