Y ante la impunidad en la que se amparan los vándalos para realizar sus atentados contra el patrimonio histórico, se han instalado seis puntos de luz en el conjunto central, con la recuperación de la verja que separa la figura de la monarca de las agresiones de los salvajes.
Pero lo que realmente remata toda la intervención, y que tiene gran trascendencia, es la recuperación del trazado original que se diseñase en la década de los treinta en el siglo XIX.
Muchos otros motivos se han perdido quedando para la historia, pero un tributo debía de pagarse para llegar a esta rehabilitación digna de mención. Aun así, siempre existirán discrepancias sobre esta intervención.
En definitiva, la profunda reforma a la que ha sido sometido el jardín de Isabel II, es la consecuencia de la recuperación en la total extensión de la palabra, de un espacio fundamental para la ciudadanía ribereña que estaba sometido a la “ley de unos pocos”.
Aranjuez, junio de 2000
Por: José Luis Lindo Martínez
Nº 33 LA RIBERA