El ribereño de a pie asiste con amargura, rabia y desilusión, cuando en los medios de comunicación de índole regional y nacional, sale este Real Sitio por hechos lamentables. ¿Cuántos motivos sobrados de interés y belleza se dan en esta ribera del Tajo que no aparecen reflejados en los medios de comunicación?. Si en cambio, por la desgracia y hechos tristes y lamentables como estos actos vandálicos.
Dijo Lope de vega que el ingrato escribe el bien en el agua y el mal en la piedra.
Este jardín urbano ha sido testigo del sentir de mayores y pequeños, del arte en el cortejo del amor de las jóvenes parejas, de las reuniones de la sociedad ribereña a través de concursos pictóricos, conciertos musicales, actividades lúdicas, como también ha albergado un lugar para calmar la sed del visitante o degustar la gastronomía ribereñas, es decir, tantos y tantos motivos que mencionar que siempre quedara alguno en el olvido.
Con el transcurso del tiempo las obras de rehabilitación finalizaron. El día 26 de mayo de 2000, como preludio de la fiestas patronales de San Fernando en este Real Sitio, el Presidente de Patrimonio Nacional Duque de San Carlos, junto al Regidor del Real Sitio y Villa , Ediles de la corporación, `paisajista y técnicos de la Institución patrimonial formalizaban la reinauguración del jardín de Isabel II.
Con la intervención en primer lugar de los técnicos de la Real Casa ante los medios de comunicación, para dar las oportunas explicaciones sobre la actuación y, posteriormente, la presencia e intervención de las dos primeras autoridades de las instituciones, daban lugar a la apertura al público del remozado jardín.
El esmero y presteza de la intervención de Patrimonio a propuesta de la Alcaldía ribereña, ha hecho posible que en la actualidad este entrañable jardín cuente con una variada arboleda y floresta, recuperando además los plátanos que faltaban en su perímetro mediante su reposición.
Asimismo, es de reseñar la apertura de dos nuevos accesos, la instalación de una fuente de agua potable, un mobiliario nuevo que posibilita sentarse y tomar un rato de asueto, sin tener que utilizar los bancos centrales, que dicho sea de paso, se ha aseado la ornamentación dieciochesca remodelándose el conjunto central semejante al modelo del siglo XIX.