Otros documentos fijan la fecha de entrega por el Real Patrimonio al Estado para usufructo por Guerra, en 1867.
A partir de la última fecha citada, la documentación debe buscarse en el Archivo General Militar, ubicado en el Alcázar de Segovia.
Las noticias escritas referentes a las últimas décadas del siglo pasado y primeras décadas del siglo pasado y primeras de éste son abundantes y prolijas. Sin embargo, la inexistencia o pérdida de documentación gráfica anexa dificulta el seguimiento e interpretación de la multitud de obras, reparaciones y reconstrucciones que vam describiendo.
Documentación gráfica
Aparte de algunos planos referidos a reformas parciales en los últimos cien años, no se han localizado planos históricos específicos del edificio, por lo que sólo pueden extraerse de planos generales de la ciudad.
Aparece sin ningún detalle en la Topografía del Real Sitio de Domingo de Aguirre (1775) y, con tratamiento similar, en un plano anónimo de 1835, que propone la edificación de manzanas circundantes.
Casi contemporáneo a la publicación de López y Malta es el plano catastral preparatorio del de la Junta General de Estadística (1865-1866), documento de gran fiabilidad en el que se aprecia la estructura de dos patios, con el ancho de crujías y la situación de entradas principales.
No se observa ninguna modificación importante en los planos siguientes, hasta los de los años cincuenta del siglo pasado, que reflejan el ajardinamiento de la plaza delantera, finalmente incorporada al cuartel con carácter privativo, y la aparición de desordenadas edificaciones entre aquél y la calle de Valera, adosadas al edificio: Estas desaparecen en los años setenta, sustituidas por una promoción de viviendas privadas.
Análisis históricos
Las fechas de inicio de la edificación (1751) y de su terminación (1752) parecen perfectamente documentadas en las Reales Ordenes citadas y en la lápida de la portada principal, respectivamente. No obstante, conviene reseñar algunos aspectos que plantean ciertas dudas frente a esta evidencia:
-Dicha portada ha ocultado parcialmente una ventana del piso superior, al parecer preexistente y aún a la vista.
-El arco principal de la entrada ha sido macizado hasta la altura del forjado interior, con fábrica revocada, donde se aloja la placa correspondiente a la reedificación de tiempos de Fernando VII (1826).
-El plazo de un año parece insuficiente para la construcción de un edificio de tan gran tamaño.
-El edificio se ubica en una zona muy exterior al recinto trazado por Bonavía para la nueva población, cuyo plano data de 1750, sólo un año anterior al teórico comienzo de las obras del cuartel.
De las dos primeras observaciones parece deducirse que la puerta principal ha sido instalada en su actual ubicación en un momento posterior, procedente de otro lugar del edificio o de otra construcción diferente. ES posible que la entrada principal se ubicara inicialmente en uno de los lados cortos, tal vez más próximo al Palacio.
Las dos últimas permiten aventurar la hipótesis de que el edificio al que se refieren Quindós y López y Malta fuera otro anterior, quizás más pequeño y cercano al Palacio. No debe olvidarse que los Guardias de Corps eran el cuerpo de élite para la protección personal del monarca y, por lo tanto, el de más urgente ubicación en la nueva ciudad. En tal caso, los guardias se habrían trasladado poco después al generoso edificio exterior, perdiéndose la memoria del anterior. ¿Tal vez el cuartel de caballería que cita López y Malta como abandonado, y cuya localización desconoce?
Cierto que el mismo Bonavía planteó edificaciones fuera de la traza inicialmente propuesta para la población, antes incluso de su temprana ampliación hacia el sur. La relativa lejanía del cuartel se explicaría por la necesidad de salvar el Caz de las Aves. Lamentablemente, en el plano de Marquet (1765), que indica la lotación del casco y las parcelas adjudicadas, no figura esta zona del pueblo.
Los patios
Otra cuestión confusa se refiere al número de patios. Quindós menciona dos, lo que hace suponer que ya existía el segundo gran patio, recientemente desaparecido, junto a la calle de la Rosa. El plano de Aguirre incluye en efecto toda la manzana, aunque eso no garantiza que estuviera construida íntegramente. López y Malta llama a éste el tercer patio, de lo que parece deducirse que denomina primero al jardín delantero, que, sin embargo, en el contemporáneo plano catastral figura claramente como una plaza abierta.