(Texto y ortografía, original del autor)
Don Juan A. Álvarez de Quindós dice así: En la
TERCERA PARTE
EDIFICIOS DEL REY Y POBLACION DE ARANJUEZ
En el CAPITULO VI.
Nueva formación del Sitio de Aranjuez
Págs.234-237
El señor Don Fernando VI gustó mucho de que hubiese gentes en abundancia en las jornadas, para que llenando los paseos y jardines fuesen completas y más gratas las diversiones de S.M. Quiso también que los Embaxadores, Grandes y otros criados se hospedasen en el Sitio, y no tuviesen aquella incomodidad que se ha dicho. Con estas ideas mandó se formase un plan para nueva población y forma del Sitio, extendida y capaz, el qual firmado del Maestro y Director Don Santiago Bonavit está en esta Contaduría, aunque le trabajó Don Alexandro Gonzalez y Velázquez, Pintor y Arquitecto, como se dice en el Diccionario histórico de Hijos de Madrid, que publico mi hermano Don Josef Antonio Alvarez el año de 1789. Para tirar las líneas de las calles y plazuelas que se habían de hacer se mandaron derribar las antiguas casas el año de 1750, y algunas que quedarón por mejores o porque no estorbaban se deshicieron en 1761. No guardo en la plantificación los quatro ayres principales con perfección, por atender al punto de vista de los balcones de la fachada de palacio que mira a oriente, y que desde ellos se descubriesen las tres calles de la Reyna, del Príncipe e Infantas. Se prefirió la parte de oriente del palacio para la nueva población, porque ya se había señalado por entrada al Sitio desde Madrid la del puente de barcas, y porque allí estaban las casas viejas; pero estaria mejor a la parte del mediodía por la mayor altura y ventilación del terreno. No se niveló el suelo con conocimiento al preciso declive y salida de las aguas, sin embargo de haber proporción y de que se hicieron muchos desmontes y grandes terraplenes para igualar. Se cuidó sí de que las calles quedasen a cordel; pero resultáron en los quadros de las manzanas, que se habían de fabricar ángulos obtusos unos, y agudos otros por la forma de abanico de las calles de la Reyna, Príncipe e Infantas, que abren a la parte de arriba. Se prohibió saliesen a las calles las aguas de las casas; mas no se pensó en darlas curso por minas o conductos al caz, ó con más acierto al río Tajo, que corre tan inmediato, excusando una grandísima incomodidad y gasto continuo. Por esto se ve que ningún esmero ni prolixidad está de más quando se trata de examinar obras de tanta conseqüencia y de escoger profesores que las dirijan, porque una vez erradas no pueden remediarse nunca. A la entrada del Sitio por el puente de barcas se dexó una espaciosa plaza que con el frontispicio de la capilla de San Antonio, y arcos de los lados, que se hicieron el año de 1767 y unen con las galerías exteriores del quarto de Caballeros y casa de Oficios por un lado, y con las de la casa de los Infantes por el otro, forma un grandiosa perspectiva. Las galerías son de piedra blanca de Colmenar, de igual forma de las de palacio y casa de Oficios, con terrados y barandillas encima; y si estuviese concluida la línea del oriente, donde hay señalada una manzana, y no se ha fabricado, sería más hermosa y perfecta esta plaza: ella queda abierta por la parte del norte y del puente, que es la entrada, y se goza de la vista de jardín del Parterre de palacio o calles de la Reyna, del Príncipe e Infantas. En el principio de esta plaza está el obelisco o fuente principal de mármoles; pero se ha de mudar al centro, y si se le da mejor forma servirá de mucho adorno.