TEXTO tomado del libro:
La ciudad histórica de Aranjuez
Una lectura arquitectónica
(Julio Gómez-Javier M.-Atienza) 2014
CAPITULO I. La ciudad dibujada
Pags. 35-37
-El plano de Bonavía y la traza de la ciudad (1750)
El Plano que Bonavía presentó al rey tiene una relación numerada cuya correspondencia se ha perdido, aunque ha habido algún intento de reconstruirla. Está orientado hacia el sur y el punto central del dibujo lo ocupa el palacio. Toda la mitad inferior representa el ancho cauce del río, envolviendo los jardines de la Primavera y de la Isla; este está someramente dibujado, ampliado con un convencional trazado conforme a la curva del meandro. También la mitad derecha del plano corresponde a parajes rústicos: un irregular abanico de calles con origen en palacio, entre las que figuran las originarias del siglo XVI. Al lado opuesto del río se observan el arranque de las Huertas de Picotajo. La ciudad ocupa el ángulo sureste del palacio, alargada hacia naciente. También está enmarcada por calles arboladas: tres que forman un tridente con origen en el Jardín del Parterre y otras ortogonales que envuelven el conjunto de las manzanas a edificar. Las alineaciones de árboles continúan hasta los extremos del plano o se interrumpen, sugiriendo una prolongación indefinida. El grueso de la ciudad está contenido entre la avenida más meridional del tridente, la futura calle de las Infantas, y una nueva alameda que lo limita por el sur.
Es fácil observar cómo el diseño está condicionado por las preexistencias. La calle de la Reina, oblicua en su relación con el palacio, es el origen evidente del tridente oriental. La pauta para la forma de las manzanas y su orientación proviene del gran rectángulo de las casas de Oficios y Caballeros; por su posición respecto al palacio, la ciudad entera parece una ampliación de estos edificios al servicio de la vida cotidiana del rey. Vista en detalle, la futura edificación parece muy poco densa, extendida entre generosos espacios abiertos: tanto los propios patios de las manzanas, que remiten a construcciones agrícolas, como las anchas avenidas arboladas y las plazas. Un lugar significativo es la indefinida explanada donde confluye el puente de entrada al Sitio, las tres calles del tridente, el Parterre a los pies del palacio y la plaza Principal o de San Antonio. Esta última será el espacio protagonista del recinto urbano, aunque ocupe una posición ambigua entre el conjunto palaciego y el futuro caserío.
En realidad, la ciudad en sí gravita en torno a una plaza cuadrada, llamada de Abastos, de mayor centralidad entre las futuras manzanas. La atraviesa el principal eje propiamente urbano: la futura calle de San Antonio, que cruza tangente a la plaza del mismo nombre. En cambio, el tridente, aunque acoge algunas edificaciones, ocupa una posición periférica respecto a la ciudad, como también lo hace el propio palacio. La ciudad de Bonavía se ha descrito tradicionalmente como una superposición de trazados radiales y reticulares; observando su plano, sería más ajustada como un conjunto de alamedas en el que se inserta un puñado de manzanas, dispuestas de forma un tanto aleatoria.
La mejor forma de valorar la nueva población de Aranjuez sería ponerla en relación con otros ejemplos previos o contemporáneos, un interesante campo de investigación que apenas se ha explorado.