Como condiciones para admisión de enfermos se establecieron las del reglamento, del tiempo de Cárlos III, y esta traba hizo no entrase uno solo en todo el mes de Enero. Las bondadosas madres acudieron á la Reina en solicitud de franquicias para la entrada de enfermos, y esta determinó lo hiciesen libremente cuando lo necesitasen, siendo vecinos del sitio.
Desde el mes de Febrero del 66 empezaron á disfrutar los pobres este beneficio, que nunca encarecerán lo bastante, bendiciendo las manos que le sostienen y las de las cariñosas señoras que tan bien interpretan la idea del fundador de su caritativa institución.
El único medio de subsistencia con que cuenta es la cantidad e seis mil quinientos reales mensuales, entregados por la Administracion Patrimonial, como cuota fija desde el mes de Enero del año 1867. Hasta esta época presentaban una cuenta mensual que siempre excedía de la mencionada suma la que se satisfacía de la misma Administración.
El precario estado del Real Patrionio no permitia completar el moviliario del establecimiento: algunas ropas aumentaron las beatas con lamentables privaciones y tambien con la limosna que recibieron de una testamentaría por la que obtuvieron varios efectos, lo que les permitió admitir hasta treinta y ocho enfermos que son los que tienen el mes de Julio de 1868. El personal es reducido para lo que se propuso su fundadora; le componen un capellan pobremente pagado, un enfermero y un portero que todos tres perciben sus haberes de la corta dotacion del hospital.
En la restauración se mudó á otro sitio la pequeña capilla pública con la misma advocación. Al poco tiempo, por voluntad de la Reina, se cambio su tutelar por la Purísima Concepcion, cuya buena y proporcionada tala regaló al manifestar esta disposición:
CAROLUS III NOSOCOMIUM HOC STRUXIT AC STATUIT
A D MDCCI XXVII.
CAROLUS IV ADAUXIT
A D MDCCCVII.
ELISABETH II ET FRANCISCUS CONSORS DILECTISSIMUS
IN CHARISTATEM ARDESCENDENTES UT PROGENITORES CELSSISIMI
RESTAURARI ATQUE AMNINO COMPLERI PIE VOLUERE
A D MDCCCLXV
Para ayudar á los fondos del Patrimonio, al completar esta obra, entregó la Reina ocho mil duros de su bolsillo particular.
Posteriormente se ha plantado árboles y un césped de otros arbustos cercando todo el edificio, siendo de lamentar no se hayan puesto persianas ni vidrieras en las galerias de las salas como se proyectó, quedando los enfermos convalecientes expuestos á la inclemencia del tiempo.
La escuela de párvulos se inauguró en el mes de Agosto de 1866, según el proyecto de las hijas de S. Vicente de Paul. Fueron atentidos los ruegos por la Reina, hasta fijar el dia inmediato á aquel en que se eligió local para empezar las obras necesarias, estableciéndose en la manzana que ocupaba la antigua tahona de la calle del Rey, dotándola con todos los enseres convenientes.
Los resultados se tocaron inmediatamente: más de cien niños de ambos sexos, hijos de padres pobres es su mayor parte, desde dos años de edad, hallaron acojida en esta escuela donde aprenden á producirse con su semejantes, la doctrina, primeras nociones de Historia Sagrada, geografía en los claros y buenos mapas del mundo, de Europa y las principales y las principales Naciones con que está adornado el salon de instrucción, y los principios del cálculo con fichas en que están colocadas las cifras, así como algunas clases de abecedarios.
En medio de este local se encuentra una mesa, que en esta clase de establecimientos se conoce por un epílogo, en cuyo centro contiene varios juegos análogos y una colección de finas láminas de Historia Sagrada para que los niños aprendan y digan su contenido.