El edificio responde a una disposición constructiva bastante homogénea y característica de la época de ejecución, supuestamente original de finales del siglo XVIII, encajando perfectamente en las soluciones habituales en el casco antiguo de Aranjuez, regularizadas a continuación por las Ordenanzas del Real Sitio todas por Juan de Villanueva y descritas en tratados contemporáneos, como el Arte de Albañilería, atribuido al mismo Arquitecto Real.
El edificio se organiza según un eje longitudinal en el sentido de la calle Gobernador, en forma rectangular, alrededor de un patio; consta de planta semisótano, que ocupa una parte del edificio, plantas bajas y primera de igual superficie, y un amplio espacio bajo cubierta accesible desde la planta primera. El techo del semisótano está formado por dos bóvedas de cañón de distinto tamaño de lunetas.
Desde su construcción, el edificio tuvo diferentes ocupaciones, siendo durante la segunda república cuando sufre una mayor remodelación para adaptarlo al uso de colegio público, motivando posiblemente una modificación estructural al añadir unos pies de techos paralelos a la fachada, desconociendo si fueron realizados del forjado, necesario, debido a la mayor sobrecarga del nuevo uso, o como posible sustitución de elementos de fábrica en mal estado.
También se desconoce el número exacto y localización de las puertas exteriores con que ha contado el edificio a lo largo de su historia. Actualmente existen dos entradas que podrían ser las primitivas, situadas simétricamente en ambas fachadas cortas, resultando tipológicamente coherente con un edificio rectangular. Igualmente resulta imposible deducir la posición de las escaleras primitivas, ya que las existentes responden a la necesidad de dotar de autonomía a las entradas.
Las distintas intervenciones realizadas permiten suponer que nada o casi nada queda de la distribución interior original, supeditada a la exigencia de espacio y autonomía de los distintos usos.
LA CONSTRUCCIÓN
Antes de empezar una descripción de la construcción de los distintos elementos que forman el edificio, hay que destacar que el proceso constructivo es coincidente con la recopilación del Arte de Albañilería de Juan de Villanueva.
Muros
El edificio plantea dos crujías, resueltas con muros de carga en ambas fachadas (exteriores e interiores a patio) y una línea estructural interior de muro de carga o pilares de fundición en planta baja y de madera en planta primera, solución posiblemente motivada para adecuar el edificio a otro uso distinto del primitivo. En las esquinas, los muros de los largos del patio parecen prolongarse hasta la fachada colateral.
Los muros exteriores son de ladrillo macizo y mezcla de cal y arena, con cajones de mampostería en los paños centrales entre huecos, atados con verdugadas de varias hiladas de ladrillo. Los muros de carga interiores, muy modificados, son de tabiquería y entramado de madera. Sistema habitual de las construcciones de cierta calidad en Aranjuez.
Los citados muros transmiten su carga al terreno sobre zanja corrida de mampostería con mezcla de cal, del mismo espesor que el muro o algo mayor, salvo de una zona del ala paralela a la calle Gobernador donde los muros descansan sobre una estructura abovedada de ladrillo que forma una bóveda.
Los cargaderos de los huecos suelen resolverse con triple hilada de ladrillo a sardinel, en todo el espesor del muro, a veces adintelado y a veces en capialzado de Marsella.
Forjados
Los forjados son de vigas de madera de vano, escuadras, con entrevigado de cascote o relleno sujeto a la madera mediante tomizas y embebidas en el muro, tratándose de un sistema muy característico de la zona. El suelo de la planta baja carece de forjados, descansando sobre el propio terreno, a excepción de la zona sobre el sótano abovedado.