En sus anchurosos y largos andenes se encuentran colocadas con holgura todas sus oficinas inclusas las lujosas salas de espera, y saliendo del de la izquierda un muelle semicircular con una plataforma giratoria de la que parten tres vías destinadas á la carga y desembarque de carruajes particulares, prolongandose el muelle por la espalda del anden, en gran parte cubierto, para cargar las mercancias en los wagones.
Á la izquierda viniendo de Madrid se levanta una elegante cochera que puede encerrar hasta ocho locomotoras, y entre esta y la Estación los talleres de grandes reparaciones, en los que habia montadas varias máquinas de taladrar, de tornear y otras, movidas todas por una fija de vapor de alta presión y fuerza de veinte caballos. Hoy han paso á Madrid todos estos efectos y están sin uso los talleres, nuevo elemento de vida que dio á Aranjuez el genio atrevido del Sr. Salamanca, y que esta hermosa población perdió por el fútil motivo de no dar á la nueva empresa terreno para ensancharlos según hemos podido alcanzar.
Los dos excelentes puentes, obra maestra, sentados sobre el Tajo y Jarama, nos reservamos el darlos á conocer cuando en capítulo separado tratemos de todos los puentes en general, puesto que algunos corresponden á la vez á dos distintos cuarteles.
No es ageno de este lugar en nuestra cualidad de historiadores, sentar algunos pormenores relativos á esta vía ferrea ya por ser la primea que se ideó construir en España, ya por ser la segunda que se puso en esplotación.
Consta que en 1829 ideó el marques viudo de Pontejos la construcción de este ferro-carril y que D. Antonio Arriete formó el proyecto en 1830, el que fue variado por D. Pedro Lara. Ninguna obra se llegó á emprender hasta que quince años después D. José de Salamanca concibió la feliz idea de llevar á cabo tal empresa, solicitando la transferencia de la concesión que aquel obtuviera, para construir por su cuenta el ferro-carril de Madrid á Aranjuez.
Concedida la autorización en 6 de Abril de 1845, se organizo en Diciembre de aquel año una compañía anónima de cuarenta y cinco millones de reales de capital, á la que trasmitió el privilegio quedándose como el más principal de los accionistas.