nuevas tendencias industriales y los modelos eclécticos, muy distintos a los de carácter clasicista consagrados por su oponente, la Compañía de los Ferrocarriles del Norte. Es muy interesante asimismo el sistema de sustentación del muelle cubierto de G.V. (gran velocidad), situado entre el enclavamiento y la estación de viajeros, conformado por un sistema de arcadas de hormigón.
En cuanto al proyecto de vías de clasificación y trasbordo y nuevo recorrido, de 1923, desarrollado y ampliado entre 1926 y 1927, incluía un grupo de catorce vías, de las que tan sólo se instalaron seis, además de varias de servicio y una de lanzamiento. Junto a ellas y las preceptivas instalaciones eléctricas, se habían de construir algunas edificaciones, tales que un taller para el recorrido (con oficinas, almacén y carpintería), un depósito de material, un muelle de trasbordo cubierto de 20 metros de largo y 8 de ancho y otro descubierto de 100 por 8, unos aseos y un refugio para el personal, que se transformaría en un edificio para dormitorios, oficinas varias para la recepción de trenes y para su personal, así como una serie de elementos de otro orden, no necesariamente menor, destacando la imprescindible desviación del camino del Matadero y la Flamenca, con la realización de los correspondientes pasos superiores sobre las vías de lanzamiento y general en el pk. 51,845, delante del quemadero, y la supresión del paso a nivel del pk. 51,615 (Véase la ficha de los puentes de piedra sobre el ferrocarril en el entorno de la estación de Aranjuez).
Finalmente, las obras del tercer grupo, constituido por las nuevas instalaciones de mercancías, se retrasan hasta los años 1926 y 1927, en los que se concretan los distintos proyectos de una serie de edificaciones y vías que las sirven distribuidas tanto en el ámbito de la primitiva estación como en el área de la de Cuenca y de la prolongación de la línea de Alicante, complementados con tendido de alumbrado y obras de urbanización. Habría que reseñar dentro del conjunto una factoría de pequeña velocidad y otra para mercancías, un pabellón de aseos, un muelle cubierto y otro descubierto, de 89 y 119 metros por 12 respectivamente (reservándose en el último una longitud de 30 para acoger a los caballos de carreras) y también un muelle cubierto para carga de madera que emplea el descubierto existente.
En estos grupos segundo y tercero, las edificaciones son mucho más simples y económicas que las del primero. De planta rectangular, en muchas ocasiones de gran desarrollo, adoptan, como aquéllas, la forma de pabellón a dos aguas cubiertas de teja plana y soportadas generalmente por cuchillos metálicos de mayor o menor complejidad en función de las luces a cubrir, aunque en casos de construcciones de pequeño tamaño pueda seguir empleándose madera. Los muros de carga suelen realizarse en ladrillo y no en piedra que se reserva para zócalos y cimentaciones, disponiéndose con frecuencia en los primeros en forma hexagonal. Sin embargo, se mantiene la apariencia neomudéjar, recurriendo a la combinación de enfoscado y ladrillo, de forma que éste queda visto en recercados, esquinas y bordes, o dejándolo visto, pero remarcando con un tratamiento especial dichos elementos constructivos e insertando algunas piezas de piedra caliza, tal que en las claves y dovelas de borde del enmarcado de vanos.