Según describe Don Ricardo Rivero Iglesias, en la revista HOJAS SELECTAS -1907- :
LA REAL YEGUADA DE ARANJUEZ
por
Ricardo del RIVERO IGLESIAS
(1907)
Pgs. 417-425
Siempre que se habla de los Sitios Reales españoles, ocupa Aranjuez lugar preferente, no ya por la magnificencia de su palacio y de las riquezas en él atesoradas, sino por la esplendidez de sus jardines y paseos, cuya exuberante y frondosa vegetación admira todo el que los visita. La hermosura de aquellos paisajes ha sido cantada por los más insignes escritores y especialmente por Lupercio Leonardo de Argensola en la famosa composición que comienza con los siguientes versos:
Hay un lugar en la mitad de España
donde Tajo á Jarama el nombre quita
y con sus ondas de cristal lo baña.
No pretendo yo descubrir Aranjuez ni describir el palacio ni la “Casa del Labrador” ni los jardines; sólo quiero dar algunos datos acerca de la yeguada allí existente, por ser poco conocida de quienes aquel sitio visitan y por creer que es merecedora de atención la labor que allí se realiza, sobre todo en España donde tan necesario es el desarrollo de la industria pecuaria.
Sin alardes de erudito y sólo con antecedente histórico, he de hacer constar que no se sabe de cierto el origen de la palabra Aranjuez. Unos dicen que es la antigua Ara Jovis, ó Campos de Júpiter, de los romanos; y que allí hubo población romana lo revelan unos enterramientos descubiertos el año pasado al practicar la roturación de una de las fincas del Patrimonio. En el privilegio de donación hecha en 1118 por el rey Don Alfonso VII al Real convento de Monjas de San Clemente, de la ciudad de Toledo, se la cita con los nombres de Arauz ó Almunzundica, y en los ANALES TOLEDANOS DE FRAY Enrique Flórez y en escritores del siglo XIII se encuentra la palabra Arauz, cuya pronunciación se supone que fue alterada por los árabes y convirtiéndose en Aranzuet ó Aranzuel dio lugar a la de Aranjuez, con que ya aparece en los documentos del siglo XV.