Hay que destacar de modo especial la espléndida y referida nave lateral este, accesible desde el patio por una puerta en arco rebajada sobre cuya clave se enmarca un placa con la inscripción “Real Yeguada. Cuadra de Caballos Padres”. En sus dos paramentos longitudinales se sitúan las citadas secuencias de boxes, proyectados en 1763, con tabiques separados de madera de elegante diseño rematados por retóricos motivos de cerrajería metálica, como fondo, ricos aplicados cerámicos, placas consignado la nomenclatura de los equipos y hermosos y originales apliques de bronce representando cabezas de caballos.
El conjunto, espacioso y alegre en el interior, se conforma como una construcción de planta única, con cimentación y zócalo de mampostería, muros perforados por grandes ventanales y realizados en fábrica de ladrillo visto “gramil, raspado á la italiana”, y cornisa de coronación de piedra caliza de Colmenar en línea similar a la del propio Palacio Real de Aranjuez. De caliza es igualmente el frontón curvo que remata el gran portón de la fachada principal y que contiene las figuras en altorrelieve de un caballo y una yegua de medio cuerpo, obra del escultor Juan Reina, a ambos lados de un escudo o cartela con la inscripción “Vento grabidas ex prole putabis”, cuyo autor fue Juan Iriarte. Los techos que cubren el pabellón principal de la yeguada, además del pabellón de los Reyes, discretamente ornamentado, y el de las trece habitaciones para empleados y guardas, son de bóveda a rosca de ladrillo, descargando también en general las cubiertas sobre columnas de caliza de Colmenar.
La imagen resultante es en consecuencia la de un agregado de bloques con estructura de pabellón cubiertos por dos faldones de teja curva tendida sobre enripiado de madera, dispuesto a su vez sobre formas asimismo de madera según la práctica de la “carpintería de armar”, en concreto del tipo de “par-hilera”, para así configurar espléndidas naves diáfanas, de gálibo triangular o trapecial, utilizadas como almacenes y graneros en espacio bajo cubierta dotados de salientes buhardillas. Pares y tirantes de madera en el tercio superior y tirantes metálicos de refuerzo en el borde inferior agregados posteriormente, a veces bajo las líneas de apoyo de las bóvedas, coexisten con modelos reforzados con tirantes oblicuos de madera en los que falta el pendolón central. Cabrios, parecillos, correas y sopandas completan el magnífico sistema constructivo de cubierta, caracterizado en general por potentes y bien trazadas escuadrías.
Al este del edificio, casi frente al porche lateral, se construyó una pequeña iglesia, de traza rectangular y cabecera recta, ya desaparecida, al igual que los primitivos corrales levantados junto a la esquina inferior nordeste y conocidos como “de las vacas”, de tan sólida construcción como un pequeño edificio próximo de 20 m2, visible todavía a principios del siglo pasado y contenedor de la bomba para la toma de las aguas del caz que se conducían por el oeste hasta la cuadra del destete.