descrita –completamente revestido de madera por razones acústicas-; aunque también acoge otras instalaciones como la Escuela de Música Joaquín Rodrigo, las Salas de Exposiciones Isabel de Farnesio y Juan de Villanueva, el Archivo Municipal, la Universidad Popular, o la Biblioteca Pública Álvarez de Quindós –con Hemeroteca, fonoteca y la mayor Biblioteca Infantil de la Comunidad madrileña.
Aunque en la actualidad lo vemos muy reformado, originalmente este edificio fue construido por Real Orden del 15 de mayo de 1758 “para cocheras, caballerizas y habitaciones” de los criados de la reina Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI. El encargado del diseño fue el arquitecto francés Jaime Marquet que había sido enviado a Aranjuez el año anterior como auxiliar de Santiago Bonavía, a quien sucedería como “Maestro Director” de las obras del Real sitio; mientras que la dirección de las tareas recayó en Juan Esteba, aparejador del Buen Retiro, que gozaba de plenos poderes tanto desde el punto de vista técnico como del laboral, pudiendo despedir libremente a los oficiales “sin lugar a otro recurso” o exigir que los sobrestantes fuesen “Facultativos de Arquitectura”. Las obras debieron comenzar a buen ritmo, pues según un memorial del propio Esteban, el 17 de noviembre de 1758 ya estaban construidos los cimientos, iniciadas las cuatro bóvedas de los sótanos, “hechas las paredes de machos de ladrillo y cajones de piedra”, y se echaba “la cantería para puertas de entrada, lumbreras de sótanos, basas de pies derechos y gradas de escalera descubierta”; valorándose la obra ejecutada en 266.349 reales de vellón –aunque el costo total rondó “unos diez millones de reales” según fuentes posteriores-.
Sin embargo, tras la muerte de la reina comitente y su marido, el nuevo monarca Carlos III lo destinó sucesivamente al servicio de su esposa María Amalia de Sajonia y –tras su temprana muerte- al de su madre la reina Isabel de Farnesio, “por haberse separado toda su servidumbre de la Casa Real”; dando Marquet nuevo impulso a las obras atendiendo a un informe del veedor fechado el 1 de octubre de 1759, aunque no avanzaron tan rápido como estaba previsto porque en ocasiones las partidas asignadas se desviaban a otros fines –como la reparación del convento de la Esperanza de Ocaña-. Sin embargo, otra hipótesis apuntada por Miguel Lasso de la Vega atribuye los retrasos a una ampliación del programa previsto en un principio, pues aunque la carpintería ya se contrató el 8 de enero de 1760, dos años después –el 10 de septiembre de 1762- Marquet firma unas nuevas condiciones para la construcción de unas caballerizas que bien podrían ser una ampliación de las ya iniciadas, lo que explicaría la rara solución del doble patio asimétrico. En cualquier caso, por un informe del propio Marquet enviado al ministro Ricardo Wall el 15 de junio de 1764 sabemos que entonces ya estaba trabajando en la construcción de las fuentes de agua potable de los patios –pues como todos los grandes edificios de Aranjuez: cuarteles, palacios, Casa de Oficios, etc., gozaban de suministro propio-; mientras que a finales de ese mismo año firmaba uno de los últimos presupuestos, pudiendo suponerse que en 1765 quedó terminado todo el conjunto; quedando su cuidado a cargo de “D. Pedro de Alcántara Alonso de Guzmán el Bueno, duque de Medina Sidonia y conde de Niebla, como caballerizo Mayor de la Reina”. Y aunque no se conservan los diseños originales, podemos hacernos una idea de la distribución gracias a la relación escrita por López y Malta años más tarde, que lo describe como un “magnífico edificio, con elevado piso bajo, donde en parte están las caballerizas y cocheras y un desahogado cuarto principal”; guardando “perfecta simetría en sus cuatro fachadas sus bien combinados huecos con dos grandes y únicas puertas guarnecidas de piedra blanca a las calles del Capitán y Rey”. “Su interior se divide en dos patios con una fuente, teniendo en el último dos espaciosas escaleras” simétricas “que desembarcan en una galería que circuye toda la casa por la que tienen entrada las habitaciones del piso principal”; como puede verse en una colección de planos conservados en la biblioteca del Palacio Real y datados hacia 1780, donde figura la división