Según se recoge en un libro inédito sobre Aranjuez, escrito a finales de los años 40 por un vecino de esta Real Villa que vivió estos acontecimientos, desde principios del reinado de Isabel II los explotadores y propagadores del teatro en Aranjuez fueron el matrimonio llamado doña Paca y don Paco como empresarios a perpetuidad del teatro del que disfrutaban por un pequeño estipendio de pura fórmula por la protección de esta reina.
Este matrimonio había sido <<gente de teatro>> estando ella dotada de una viveza ratonil y genio fuerte, al pobre don Paco lo tenía metido en un puño, siendo un verdadero “don nadie” pues todas sus labores eran hacer los recados que su señora le mandaba.
Durante la estancia de los Reyes en Aranjuez, en el Teatro se representaban toda clase de obras líricas y dramáticas, especialmente óperas, con los mejores cantantes del Real, alternando con las damas y caballeros de palacio como pasatiempo circunstancial y zarzuelas por los aficionados del pueblo con Narciso Marañón y Francisco Moraleda que eran unos consumados actores cómicos, distinguiéndose el primero por su excelente voz de tenor y los dos por su <<vis>> cómica, en lo que sobresalía Moraleda, que había sido profesional con los Mesejos. Curioso es destacar que entre el pueblo se repartían entradas por los alabarderos que las daban a quienes les parecía. Parece ser que el ex rey consorte de Isabel II, ya muy viejecito, se reía a carcajadas con los sacristanes, actores y dueños de una de las compañías de aficionados existentes en el pueblo, como sí fuera un chiquillo.
La calefacción del Teatro en esta época consistía en los braseros que público llevaba a los palcos, con los que en las crudas noches de invierno el público estaba dando <<diente con diente>> disfrutando de una temperatura siberiana haciendo este sacrificio para admirar, generalmente, a malos cómicos y peores funciones y todas con las mismas decoraciones que se sabían de memoria y no bien conservadas, pero la empresa no podía dar más de sí como no fuera por Ferias y San Fernando, que con <<llenos seguros>> se superaba, porque lo corriente era media entrada y de esta la mayoría <<tifus>> integrado por el Patrimonio, ya que todos los empleados, según su categoría, ocupaban gratuitamente las mejores localidades agregando a esto lo que correspondía al Ayuntamiento y otros compromisos, con lo que doña Paca y don Paco no debían echar muchas gallinas al puchero.
También en esta época hemos de destacar el auge que el teatro alcanzó en Aranjuez, acondicionándose en la Residencia de don Rodrigo Ramírez, viejo Palacio de Salamanca, un teatro donde se representaban comedias y zarzuelitas y un <<teatrillo>> de principiantes en las buhardillas del Palacio de Medinaceli. No eran solamente estas casas las que disponían de teatro particular, siendo imprescindible en todas las de la aristocracia y gente de dinero.