Según describe Don Francisco Nard en su libro
(Texto y ortografía, original del autor)
Don Francisco dice así:
En el CAPITULO
-Otros jardines y huertas, Plantíos y labores del sitio,
puntos de recreo y posesiones rurales-
Págs.117-118
-Real Cortijo-
En 1762 se formaron á la derecha del Tajo prados artificiales (de que hablaremos después) para las vacas de leche que vinieron de Italia con lombardos inteligentes, y se adornaron de anchas calles de cuatro filas de árboles (La del Gobernador, de altísimos robles, que atraviesa el cortijo, de media legua, donde nunca penetra el sol, digna es de verse), destinándose en 1776 parte del terreno (534 fanegas) para granos, viñas y olivares, bajo la dirección de dos italianos, y se le dio el nombre de Real Cortijo, cercándole parte con tapia parte con verjas. En 1764 derivose para su riego una acequia. En 1786 ya contaba 128 mil vides de Nápoles, de Jerez, y otros puntos y 25 mil olivos. En 1770 se labró la casa con habitaciones para los Reyes, Dirección, y otras dependencias, cuadras, pajares, talleres, almacenes, y oratorio. Y en 1782 se hizo en alto un lagar, solado de piedra, con dos máquinas de prensas y husillos, y palancas de gran fuerza para comprimir el orujo, y una magnifica y anchurosa bodega, de más de 300 varas de largo, con dos puertas para los carros, todas de arco sobre pilares. Desde el lagar corre por encañados el mosto á las enormes cubas. En un andén superior están los toneles para los vinos generosos. Desde la bodega se baja á la cueva en dos ramales arqueados, para vino el uno, y el otro para aceite.
En 1777 se agregó al Cortijo Real el colindante en término de Colmenar, de propiedad particular, de 402 fanegas, en el que se levantó una bella ermita, de sólida fábrica, y una nave con su cúpula y frontispicio de órden dórico, dedicada á S. Isidro, en cuyo día hay costumbre de visitar este sitio, de bellas calles de corpulentos árboles, á cuyo pie desplegan sus galas millares de rosas y otras flores. Conducen unas al puente de la Reina, otras á la estensa y rica vega de Chinchon que se ve cercada, y ácia los olivares, Val de Guerra, donde posan bandadas de palomas del Cortijo que anublan el Sol.
Los ilustrados ministros Floridablanca, y Grimaldi, correspondieron cumplidamente al encargo del Rey, planteando un establecimiento agricola modelo, digno por su grandiosidad y por su gusto del monarca que le concibió. Pero costaba mas de 200.000 rs. al año, cambiole Carlos IV en 1795 por la Moncloa, del Príncipe de la Paz. Variose con esta novedad su administración y cultivo, y se puso yeguada y fábrica de licores, hasta que en 1798 volvió al Real Patrimonio en trueque de la Albufera de Valencia. Llevando ahora en arrendamiento, no es sombra de lo que fue tan vasta y bien situada labor.