Según describe Don Cándido López y Malta, en su libro
Don Cándido dice así: En la
PARTE CUARTA
CAPITULO III
Cuartel del Real Cortijo. –Huerta de Rodas
pgs. 380-382
Este cuartel, que ocupa los terrenos llamados en lo antiguo Gulpijares, Espinarejo, Carabaña, y Villafranca, tiene una extensión lineal de 16837 metros. La cual cierra una superficie de 1128 hectáreas 62 metros. Linda al N. y E. con el término de Colmenar de Oreja, al S. con los cuarteles de Sotomayor y el de la Montaña, separado del primero por el Tajo y el segundo por la calle de la Princesa; por el O. linda con el último de estos cuarteles, siendo el límite el corto trayecto que tiene el camino que desde la mencionada calle conduce al Puente Largo, á Colmenar y á Valdeguerra.
Siempre debió prestarse favorable al cultivo este terreno, aun careciendo al principio del benéfico riego por estar demasiado bajo el caz de la Azuda ó del Embocador, que hacia muchos años le cruzaba en direccion de las Huertas grandes.
El rey Carlos III, que al mismo tiempo que apasionado protector de las artes lo era tambien del fomento de la agricultura, puso todo su empeño en hacer florecer tan importante ramo, mandando roturar quinientas treinta y cuatro fanegas para siembra de granos, viñas y olivos por órden de 24 de Diciembre de 1766, no sin antes haber dispuesto para regarlas la apertura de una acequia nombrada hoy Caz chico, prolongando al mismo tiempo el caz de Colmenar o Acequia de Tajo, para fertilizar la parte más elevada, dándole á este nuevo ramal el nombre de Caz de la cola alta. Se llamó con este motivo el de la Cola baja al trozo que quedó de la Acequia de Tajo, desde donde fue sangrada para abrir el anterior, regándose con él una pequeña parte de este Cortijo cuando más adelante se amplió la roturacion.
Púsose esta labor bajo la direccion del entendido italiano D. José Palaci, que vino exprofeso en 1768, y se empezo á construir en 1770 la gran casa de labranza que hoy se conserva, dándola el nombre de Real Cortijo, agregando después á este terreno por compra que se hizo en 31 de Mayo de 1777 cuatrocientas dos fanegas sembradas de viñedo y olivar, que con su casa adecuada poseian á la parte de Oriente D. Cristobal Canora, D. Juan Boigas y D. Manuel Serrano. La casa, que son las ruinas que hoy se distinguen
Con el nombre de Cortijo viejo, tenia su oratorio y holgadas oficinas; pero quedó abandonada por se sobrado capaz la nuevamente construida.
Fue enagenada esta finca á solicitud de sus dueños, por los pocos productos que daba; y el Rey estremadamente generoso, sin tener esto en cuenta ó prometiéndose más ventajas, mandó pagar hasta los más insignificantes ensere por tasacion de peritos al unirlo á su vasta posesion.
Asimilose el plantío de la parte agregada al de la antigua, fuese roturado más terreno, cercándole con tapia ordinaria y alguna parte de verja de madera, añadiéndose en 1786 cuarenta mil cepas, llegando á contarse ciento ventiocho mil vides y veinticinco mil olivos, dentro de aquel cercado que ocupaba unas dos mil noventa fanegas, pues entonces el límite por el S. era el caz de la Azuda, que hoy es hasta el Tajo por esta nueva division de cuarteles, incluyéndose por lo tanto una parte de la calle de la Princesa, la de Confesores y la del Embocador, con el soto que hay entre estas últimas.
Se formaron cuadros de viña por clases ó frutos, cuyos nombres puestos en pilares de piedra decian así: Pedro Gimenz, Bai-griego, Jerez, moscatel menudo de Jerez, Tinto negral, tinto comun, Tinto y blanco de Valdepeñas, Malvares, Alijes y Janer. Tambien se pusieron separadas para comer en fruta entre otras, la uba de San Diego, Teta de vaca, la Romana y la del país.