Señores Infantes, conforme al plano que estaba aprobado”. Se debían ajustar a las condiciones estipuladas por Marquet el 4 de julio de 1762, si bien la dirección la desempeñaría Manuel Serrano. Quiero esto decir que la ampliación del Cuarto de Caballeros aunque se hallase proyectada de antiguo, se haría efectiva con posterioridad a la de Infantes, para igualarse a ésta y no al revés.
El 13 de noviembre de 1773 se encargaba a Vicente Chornet la albañilería y la cantería de la obra y a Ignacio de Ibarra, maestro carpintero, las obras de su oficio, bajo la supervisión del dicho Serrano, el autor de la frontera edificación de Infantes. Este mismo se ocupaba de dar las condiciones para el desmonte en el patio de Caballeros el 24 de diciembre de 1773, contratado al imprescindible Chornet el 13 de enero siguiente.
El resultado del conjunto es el de una edificación de planta rectangular, de dimensiones aproximadas (205 x 125) m. lo que supone una proporción casi doble pero no simétrica, según un eje transversal en su lado mayor, pues se divide en dos sectores diferenciados y organizados en torno a dos patios cuadrados, siendo el de Caballeros, mayor y porticado, el más alejado del Palacio.
Por otra parte, el patio de los Oficios estaba complementado con otros cuatro patinejos en casa ángulo que, siendo rectangulares en origen, ahora adoptaban formas diversas, al haberse invadido parte de su suelo con cuerpos adosados y dispuestos según el uso. Aun así se seguían reconociendo y se denominaban en función de las estancias que junto a ellos se agrupaban, es decir, el Noroeste era el patio de la Cocina del Rey, el Noreste el de la “Panetería” y, separado, el del Cura de Palacio, el suroeste el de la Botica y el Sureste el de la “Sausería, Confitería y Ramillete”.
El acceso al patio de Oficios desde la Plaza de San Antonio se produce por una vano adintelado que rompe el ritmo del pórtico, pero no su línea de cornisa y antepecho, solución diferente al del Patio de Caballeros, por la misma orientación, realzada esta entrada mediante un arco rebajado que se eleva sobre la galería y cuya traza, posiblemente, sea de Jaime Marquet.
Predominaba en el conjunto el volumen de esta última Casa, por su más clara composición arquitectónica y mayor altura, a pesar de contar con el mismo número de niveles de la de Oficios, que incluso se prolonga hasta la mitad del frente oriental de ésta, aunque lo unifica el austero y sencillo tratamiento exterior, que contrasta con el barroquismo de la Plaza e Iglesia de San Antonio. En cualquier caso, y como advertencia Madoz, su excelente ejecución y sus materiales podían hacer de esta obra “modelo para otra de mayores destinos”.
Parece deberse en cambio a Jaime Marquet el intento de división del patio cuadrado con dos naves transversales, según se desprende de una nota de éste en 1772.indicando que la obra del crucero del Cuarto de Caballeros estaba suspensa hasta que “Su Excelencia quiera resolver”. Tendrian relación con ella los cuerpos adosados a los tres arcos centrales del pórtico meridional y occidental del patio, arranque de la cruz que quedó inconclusa, pero conservado hasta principios del siglo XX.