El momento prehistórico es le menos constatado siendo los más importantes los asentamientos de la Edad del Hierro y época romana. Estos últimos, relacionándose quizás con el desarrollo de una economía agrícola y ganadera, ocupan tanto las zonas altas como las vegas de los ríos Tajuña y Tajo, reutilizando el asentamiento en la mayoría de los casos.
De estos yacimientos encontramos dos grupos claramente diferenciados, caracterizados por el lugar de asentamiento: el más amplio cuantitativamente responde a la estructura de los “vici”. En ellos las características topográficas proporcionan una actividad agrícola que se mantendrá durante época romana como “villa” de mayor o menor importancia. Junto a éstos, los poblados situados en las zonas altas, no muy alejados de los ríos, ligados a una práctica ganadera. En algunos casos, éstos se hallan estratégicamente situados, desempeñando muy posiblemente la función de “castros”. A diferencia del grupo anterior, estos últimos no se reutilizan en época romana.
A)Los asentamientos en las vegas del Jarama y Tajo
En la confluencia de los ríos Tajuña y Jarama, en una extensión no muy amplia hoy dedicada al cultivo de cereal, se encuentra el yacimiento que hemos denominado SOTO DEL HINOJAL (mapa III), recogiendo el topónimo actual. Cronológicamente, el material ceramico nos indica una pervivencia de hábitat desde un Bronce Inicial hasta el siglo III de nuestra era, estando especialmente constatado el momento de transición a la implantación romana definitiva por unos fragmentos cerámicos, cuya datación está todavía sin precisar, que se conocen como “cerámica romana de tradición indígena.
Este asentamiento tendría el momento de auge en época romana desde el cambio de era, desarrollando una actividad agrícola, quizás no demasiado importante.
Siguiendo el cauce del río Jarama por su margen izquierda, junto a la cañada de Aranjuez a Titulcia, documentamos el yacimiento de LAS CUEVAS (mapa III), cuya datación es bastante difícil. Podríamos decir que es el menos representativo cuantitativamente de todos los localizados a juzgar por el material de superficie; sin embargo, dicho material, tardorromano según opinión de Luís Caballero nos situaría ante uno de los escasos asentamientos de este momento.
Junto al denominado PUENTE LARGO, y probablemente relacionado con el paso del río antes de la construcción del mismo, existe una zona, no muy amplia cuyos únicos restos en superficie son cerámicas y tejas. Estos, ya bastante tardíos (siglos XV-XVI) quizás nos documenten una alquería despoblada en época moderna, no constatada ni identificada por el momento a nivel documental (mapa III).
Quizás un núcleo importante en época romana y paleocristiana haya sido el actual ARANJUEZ, juzgando los materiales expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, aunque su desarrollo urbano nos impedirá valorarlo plenamente. Suponemos que en época romana las “villae” aprovecharan la riqueza de la vega. Yas F. Fuidio reseñaba el emblema con la cabeza de Vertumno –siglo IV- depositada en el Museo antes citado, sin proporcionarnos ningún dato sobre el lugar del hallazgo o circunstancia del mismo. Confirman la presencia romana fragmentos cerámicos recogidos en las afueras del núcleo urbano, muy poco abundantes.
Si nos guiamos por las noticias de Álvarez de Quindos, un lugar importante por los hallazgos arqueológicos fue Alpages, donde se hallaron, en 1789, figuritas de bronce y monedas de época romana.
Además de estos datos, son importantes de reseñar dos losetas de mármol paleocristianas expuestas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, decoradas con el “monograma de Cristo” procedentes también de Aranjuez, de las que desconocemos el contexto.
Pero es a ambas orillas del río Tajo donde hemos hallado los yacimientos más significativos.
En la margen derecha, dentro de una pequeña zona que COLMENAR DE OREJA tiene incluido en el actual término de Aranjuez (mapa III), localizamos una amplia extensión de viñedo con abundante material cerámico en superficie fechable, el más antiguo, en el siglo III a.C. y, el más moderno, en el siglo XVI. De este material son muy significativos los fragmentos cerámicos pintados de tradición indígena, de iguales características a los de toda la zona, cuya abundancia –comparable porcentuálmente tanto al ibérico como el romano y medieval- nos pone de manifiesto no sólo la ininterrupción del asentamiento sino también la rápida absorción del elemento romano en el indígena, hasta la fusión de ambos.
Pero es sin duda alguna el yacimiento de LA VEGUILLA (mapa III) el que presenta mayor amplitud cronológica, extensión y abundancia de material.
Situado en la margen izquierda del río, a kilómetro y medio del castillo de Oreja y colindante con la Dehesa de Torrique, empieza a ser ocupado en el Paleolítico Superior, siguiendo de forma continuada hasta el siglo VII de nuestra era, si bien los vestigios prehistóricos son poco representativos. Este lugar permanece desocupado durante siete siglos, volviendo luego a tener vigencia durante los siglos XIV, XV y XVI.
Es lógico interpretar este intervalo dentro de la continuidad de población con el proceso de reconquista, iniciado con el abandono o aniquilación con el proceso de reconquista, iniciado con el abandono o aniquilación visigoda, documentada fielmente por el fragmento de pileta de indudable valor arqueológico, hasta un omento de seguridad en la zona ya en el siglo XIV.