pgs. 42-46
No en valde recurrió á la caballerosidad de D. Alfonso: aceptó la proposicion, aunque exijiendo en rehenes trece moros de los más importantes que habia en la fortaleza, los que recibió é hizo conducir á Toledo, firmando ambos los artículos de esta capitulación.
Pasó el tiempo marcado y no habíendo llegado los socorros que Alí implorara de sus aliados, entregó la plaza con las condiciones estipuladas, que fueron fielmente cumplidas por ambas partes. Este importante suceso tuvo lugar un martes 31 de Octubre del año 1139. Fue nombrado alcaide Rodrigo Fernandez, que lo era de Toledo, y su segundo Miguel Midiz, hijo de Mido, siendo inmenso el júbilo de aquella ciudad y no menos el del ejército cuando vió ondear en el baluarte la bandera con la enseña de la Santa Cruz.
Á la llegada del Emperador á su antigua ciudad, el clero y el pueblo le esperaban en el puente de Alcántara, desde cuyo punto, elevándole en procesion, fueron hasta la iglesia de Santa Maria donde se cantaron los almos de costumbre.
Luego que se celebró con festejos tal victoria, volvió á Aurelia D. Alfonso con su córte. Allí confirmó el fuero que el conde D. Manrique de Lara dio á su villa de Molina, como nos lo dice D. Luis de Salazar en fólio XI de sus Pruebas de la casa de Lara, y además de los privilegios que concedió á los que poblasen Oreja, usó el arbitrio de heredar en sus términos á muchos ricos-hombres, haciendo concesiones á los que mas se distinguieron en su conquista.
CAPITULO VIII
Concesion de términos á la ciudad de Oreja: es
cedida á la Orden de Santiago.
Para que pudiese no solo defender esta plaza, sino que se ampliase y poblase mejor, otorgo D. Alfonso muchas franquicias á los poderosos vasallos á quienes concedió sus terrenos.
Á la ciudad y comun señaló unos dilatadísimos campos por su término, dando unas exenciones muy singulares con fuero y leyes oarticulares, por privilejio rodado que mandó espedir en Toledo de vuelta de la toma de Aurelia en 3 de Noviembre de 1139, cuyo documento le inserta D. Frey José Lopez de Arguleta, en la vida del vereable fundador de la Órden de Santiago, remitiéndose al archivo de Uclés, donde exite el original.
En el vasto y feraz término que se la concedió estaba comprendido indudablemente Aranjuez, puesto que por Occidente según el dicho documento que vió y estractó el Sr. Quindós, comprendia desde la union de los rios Tajo y Jarama; así que este término correspondió á Aurelia, sino el amparo de aquella plaza y con obligación de concurrir con subsidios al sosten de ella.
Dio lo de Peñas negras ó Peñas cristianas, Posadas viejas y Buena meson á D. Martin Fernandez de Fita y á sus hermanos que se hallaron en la conquista; el castillo de Albocer á D. Ponce de Cabrera; el terreno de Torric á un caballero de su córte, llamado D. Amor; al Concejo de Segovia la parte del Tajuña, donde se fundó Chinchon y á D. Martin Fernandez Abat gran parte del pueblo de Castellanos situado en la veha de Colmenar, repoblado con castellanos y francos el restante suelo de tan dilatada vega. En el mismo terreno del Tajuña pobló a Belmonte de Tajo el obispo de Segovia D. Pedro, á quien el rey le concedió á más de este privilegio el formar parte de su capilla.
Treinta y dos años después fueron cedidos á la Orden de Santiago estos extensísimos terrenos, para oponer un fuerte dique á las colosales fuerzas mahometanas.
El príncipe castellano reinante, Alfonso VIII, el de las Navas, oyendo á los obispos, condes y ricos-hombres, determinó dar á Dios, á la milicia de Santiago y en honor á su venrable fundador D. Pedro Fernandez de Fuente-Escalada el castillo y ciudad de Aurelia con sus dilatados y pingües términos. Con tal objeto mandó espedir un privilejio en Montealegre, término de Carrion, el 11 de Septiembre de 1171, cuyo original existe en el bulario de Santiago escritura número 152.
Totum ex integro, decia el privilejio: con sus aldeas, tierras, prados, rios, pesqueras, viñas, montes, términos, pertenencias y derechos, á condicion de volver á la corona en caso de guerra, en cambio ó con cambio, volviendo á ser dominio de la Orden terminada aquella. Por este medio pasó á ser dueña de Aurelia y por tanto de Aranjuez, como comprendido su término en la demarcacion que se concedio á Oreja, la inclita Orden de Santiago á la que, antes de terminar este capítulo, creemos de nuestro deber consagrar á su institución algunas líneas, en gracia del importante papel que representa en nuestra historia.
Fue creada en el reino de Leon en 1161 por Fernando II bajo la proteccion del apostol de quien lleva el nombre, dándola en posesion varios lugares y vterrenos en la diócesis de Astorga y siendo confirmada por el papa Alejandro III por bula espedida en 1175.
Su oríjen se debe aun hecho muy singular: los primeros indivíduos fueron doce aventureros, los cuales se habian distinguido tanto por su valor como por la vida licenciosa que habian llevado. Arrepentidos de sus escesos juveniles, y deseosos de expiar sus faltas observando una vida mejor, se reunieron haciendo el propósito de formar una congregación dedicada á defender los dominios cristianos de los ataque de los muslmanes.
La congregación aumentó progresivamente y fue elegido su gefe supremo un caballero llamado D. Pedro Fernandez de Fuente-Escalada, valeroso y entendido cual requeria tal institución. Tomó rápido vuelo, acreditando que era muy digna de las mercedes que recibia siendo el terror y espanto de los mahometanos.