Desde 1171, las referencias sobre esta donación no especifican términos concretos. Así, en la Confirmación de la Orden por Alejandro III en 1175, Oreja, Alarilla y Estremera con sus términos, son confirmadas por separado; sin embargo, Bernabé Chaves, al hacer la relación de las propiedades de la Orden, cuando referencia a Oreja dice que comprende los términos de Villarejo, Fuentidueña y Estremera ya que, aunque fueron donadas a diferentes instituciones y personas “estos tres pueblos, es constante que después volvieron a la Corona, y así se incluyeron en la referida donación de Aurelia, hecha por el Señor Don Alfonso IX, y como propios de la Orden se operaron, y deslindaron entre el Maestre Don Pelay Pérez y el Obispo de Segovia, por instrumento de 1276”. Según este dato, el término se amplía de nuevo después de 1175 durante noventa años, volviendo a la misma situación a mediados del siglo XII.
A comienzos del siglo XVIII nos describen la Encomienda de la siguiente manera: “Era una de las de la Provincia de Castilla, Partido de la Mancha, Ribera del Tajo, y se componía de las villas de Oreja, Noblejas y Colmenar y las dehesas de Torrique y Sotomayor… El comendador de Oreja es Alférez Mayor de la Orden, y debía llevar el estandarte en ella” (mapa VIII). Junto a ella los “Libros de Visitas” de la Orden registran las encomiendas de Ocaña, Alpajés, Villarrubia, Biedma, Villoria y el sitio de Buenamesón, todas ellas situadas en la margen izquierda del Tajo, entre Alarilla y Oreja (mapa VIII).
Son la formación de estas encomiendas –cuyo momento de4 creación desconocemos- las que concretan las dependencias en los siglos XV y XVI, desconociendo los motivos que condujeron a su formación.
B) Enajenación de la Encomienda
En el año 1529 Clemente VII, a petición del Emperador Carlos V, concede la facultad de desmembrar, permutar y enajenar distintas propiedades pertenecientes a las Ordenes Militares para que “en el Reyno de Granada, para defensa de los sarracenos, se fundasen concediéndole enajenar algunos bienes inmuebles como Pueblos, Fortalezas y Términos”.
En el Capítulo General de la Orden de Santiago que tuvo lugar en el Monasterio de San Jerónimo de Madrid desde el 24 de noviembre de 1534 al 24 de febrero de 1535, se enajenó la encomienda de Oreja, parte de cuyos términos pasarían a incrementar el “Bosque y Heredamiento de Aranjuez”, agregándose las dehesas de Sotomayor y el Parral.
En recompensa, la Orden recibió una renta anual de 406.063 maravedís en juros de las sedas de Granada, quedándose eximida de la jurisdicción civil y criminal de la villa.
El 20 de enero de 1540, Carlos V, haciendo uso de dos Bulas pontificias de Paulo III, fechadas en los años 1536 y 15838, cambia las villas de Oreja, Noblejas y Colmenar por las dehesas de Requena, La Puebla y añadido de San Juan que también se incorporaron al Real Sitio de Aranjuez, quedando tan sólo para la Encomienda unas pequeñas rentas y los juros de las sedas de Granada. De estas dehesas era propietario Diego de Cárdenas, duque de Maqueda. De esta forma, Oreja y Colmenar pasarán al señorío de Fuensalida, fundado por Bernardino de Cárdenas y regentado en el siglo XVIII por los marqueses de Estepa. Estos percibían “los diezmos de trigo, cebada, centeno, avena, queso, lana, cordero, aceitunas y uvas, como único –pero sustancioso- tributo territorial. El cura párroco recibía las primicias y los ingresos eclesiásticos”.
En el año 1554 en la descripción de los visitadores de la Orden, la Visita comienza “los dichos visitadores continuando la dicha visita llegaron a la villa de Oreja que solía ser de la Orden de Santiago y ahora es de don Bernardino Cárdenas Carrillo de Albornoz, que se la dio a Vuestra Majestad en trueque de la dehesa que llaman del rey e de otras cosas”.
De esta forma sólo quedará de la Encomienda una mínima renta que se registra hasta el año 1605 de 42.620 maravedís de las sedas de Granada y, a efectos burocráticos, un Comendador hasta el año 1800 que tan sólo registra su nombre en los documentos que recuerdan la existencia de esa renta.
4.Los beneficios de la Encomienda
La decadencia de la Encomienda de Oreja tiene su fiel reflejo en la evolución de las rentas de la misma. Estas, expuestas desde 1468 a 1605 en los Libros de Visitas de la Orden sitos en el Archivo Histórico Nacional, constituyen un importante banco de datos para el estudio económico.
Según estos Libros, las visitas no se efectúan con un orden temporal determinado, sino que en algunos casos transcurren diez años sin que se haya hecho visitación alguna. Así, por ejemplo, los Libros de Visitas comienzan en el año 1448 y la primera visita a Oreja registrada es veinte años después, datándose la segunda en el 1478.
La ordenación de la visita mantiene siempre una misma estructura, si bien en algunas ocasiones se altera el orden o no se realiza de forma completa. El esquema corresponde a lo siguiente: presentación y pregón, visita a la fortaleza, interrogatorio del comendador, rentas de la encomienda, visita a la iglesia, enumeración de los bienes muebles de la misma y mandatos.
Dada la repetición de datos que en muchas de las visitas se hacen, hemos trabajado seleccionando los más representativos. Estas se corresponden con los años de 1468, 1478, 1480, 1508, 1515, 1524, 1537, 1554, 1601-1602 y 1603-1605. De todos ellos, la visitación de la Encomienda, y en los años de 1601 a 1605 su total decadencia, registrándose tan sólo la visita a la iglesia que es lo único que ha quedado dependiente de la Orden.